“Pegarte” al personaje que doblas.

PorJose Antonio Meca

“Pegarte” al personaje que doblas.

Es una de las vertientes más complicadas del doblaje: dejar de ser tú para convertirte en un personaje que ha creado otro actor y en cuyo proceso no has intervenido.
No es tanto copiar, como reconvertir las emociones, maneras, inflexiones del actor original al país en el que se le va a ver y escuchar doblado.

La primera sugerencia es escuchar.

Es seguramente el paso más importante. No podemos reproducir un recorrido emocional determinado si antes no lo percibimos. Y aquí es donde encaja la siguiente pregunta: ¿Qué siente realmente mi personaje y por qué?

Si no extraes suficiente información del visionando del take, tu director siempre te echará una mano. Él conoce toda la trama del guion y te dará las respuestas que necesites.
Una vez analizada toda la información, toca asimilar esas emociones, empatizar con tu personaje.

Este es el momento mágico en el que dejas de ser tú para entregarte por completo “al de la pantalla”

Ya no hablas como lo haces habitualmente, ni respiras como todos los días, ni siquiera tu voz es tu voz.

Ahora eres ese dibujito, o esa señora con gafas o ese señor de barba…
Ensayas para acoplarte a sus ritmos, para reírte como ella, para llorar como él, para respirar tantas veces como lo acaba de hacer en la pantalla, asumiendo que ahora eres tú.

Y luego está la presión de las labiales, que la boca coincida, que la frase no se quede corta o larga…Nunca se llega a ese paso, si antes no se ha capturado la emoción.

Siempre la emoción. Siempre la interpretación.

Sin ella, el doblaje se convierte en un mero ejercicio de “tapar bocas” , por eso es tan importante formarse.
La mejor sugerencia que puedo regalarte es que comprendas que lo importante es la interpretación y después el resto de elementos técnicos. Siempre después.

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